En 1986, Stephanie Brooks Wiggins acababa de mudarse de Brooklyn a Baltimore con quién pronto sería su esposo y estaba ansiosa de empezar su nueva vida juntos cuando le diagnosticaron con el virus de inmunodeficiencia humana (VIH). Apenas tenía 40 años.

“Era muy inocente. Nunca había escuchado del VIH”, dijo Stephanie. Su preocupación más importante period su nuevo esposo. “¿Cómo iba a decirle que tenía esa enfermedad que me mataría?”

Actualmente, Stephanie, de 76 años, tiene una vida plena y activa, pero tuvo que lidiar con problemas de salud junto con el VIH desde que recibió su diagnóstico. Tuvo tuberculosis después de cumplir 40 años y sufrió de neumonía severa algunas veces después de cumplir 50 años. Recibió un diagnóstico de enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) cuando tenía aproximadamente 65 años y tuvo un ataque cardíaco un poco después de cumplir 70 años.

“Ahora, después de haber cumplido 70 años, y puesto que mi VIH está prácticamente bajo control, eso ya no es un problema”, dijo Stephanie. “Envejecer, y todo lo que eso implica, se vuelve el problema principal”.

Más de 1,1 millón de personas en Estados Unidos tienen VIH y el 23% de ellas son mujeres.

Gracias a la terapia antirretroviral (ART, por sus siglas en inglés), es posible tener una vida larga con VIH. Aunque más de 5000 personas murieron por causas relacionadas con el VIH en 2019, la cantidad de muertes debido al VIH ha disminuido en un 80% desde su auge en 1995. Puesto que la ART funciona también para controlar el virus, las personas con VIH están viviendo muchos años después de su diagnóstico y casi la mitad de ellas en Estados Unidos tienen 50 años o más.

Antes de que el tratamiento estuviese disponible, solo se esperaba que las personas que recibían diagnósticos de VIH/SIDA vivieran uno a dos años más. “Recuerdo los primeros días en los cuales uno o dos años era algo importante, especialmente para las mujeres porque nadie las estudiaba”, dijo la Dra. Sharon Allison-Ottey, una especialista de medicina geriátrica y miembro del Consejo de asesoría de la salud de la mujer (WHAC, por sus siglas en inglés) de WholesomeWomen. Ahora, agregó, el VIH se trata como cualquier otra enfermedad crónica.

Envejecer con VIH implica lidiar con los mismos desafíos médicos a los que nos enfrentamos todos, pero estos cambios podrían afectar a personas con VIH en formas diferentes y el virus puede incrementar el riesgo de algunos problemas médicos potencialmente serios. Saber que esperar puede prepararte para estos cambios.

Las condiciones comunes podrían ser más frecuentes

Algunos de los problemas médicos que a menudo afectan a personas de edad avanzada pueden ser más comunes para aquellas con VIH. Éstos incluyen:

● Enfermedades cardiovasculares

● Diabetes

● Enfermedades renales

● Osteoporosis

● Presión arterial alta

● Accidentes cardiovasculares

● Enfermedades pulmonares

● Demencia

● Algunos tipos de cáncer

Los expertos no saben exactamente porque las personas con VIH tienen más vulnerabilidad a este tipo de condiciones, pero piensan que la inflamación crónica causada por el virus podría ser un factor importante.

No solo que algunos problemas médicos son más frecuentes para personas con VIH, sino que éstos tienden a aparecer más pronto. El inicio anticipado de condiciones relacionadas con la edad tales como enfermedades cardiovasculares y renales afectan a personas que tienen diagnósticos positivos de VIH desde los 36 años. Y las mujeres con VIH podrían tener probabilidades más altas de tener estas condiciones en comparación con los hombres que tienen este virus.

Más medicamentos, más problemas

A medida que envejecemos, no resulta inusual que requiramos una cantidad cada vez mayor de medicinas para tratar nuestros varios problemas de salud. Para las personas con VIH, monitorear estos medicamentos puede ser especialmente complicado debido a la forma en que estos interactúan con la ART.

Medicamentos que se usan para tratar condiciones comunes tales como la presión arterial alta, la acidez, alergias y el colesterol alto podrían interactuar con la ART. Estas interacciones medicamentosas podrían hacer que las medicinas que tomes se vuelvan menos efectivas o que causen problemas de salud tan serios como insuficiencias renales.

La Dra. Allison-Ottey cube que la mejor forma en que las personas de edad avanzada con VIH pueden evitar interacciones medicamentosas es asegurarse que todos los miembros de su equipo de atención, desde médicos generales y especialistas hasta los farmacéuticos y familiares, tengan una lista completa de lo que toman, incluyendo los medicamentos que no necesitan prescripción.

Cuando Stephanie empezó a visitar un especialista de VIH además de su physician de cabecera, estableció teleconferencias entre los dos profesionales médicos para que pudiesen comparar notas relacionadas con los medicamentos y para que evalúen la posibilidad de cualquier interacción. “Era importante para mí saber que tenían la misma información”.

Desafíos del “cambio” con el VIH

Las mujeres con VIH podrían atravesar la menopausia antes y tener peores síntomas que aquellas que no tienen el virus. Puesto que la ART individualmente puede causar efectos colaterales similares a bochornos, la menopausia podría ser más incómoda para mujeres con VIH, dijo la Dra. Allison-Ottey.

La menopausia también podría empeorar problemas frecuentes del sistema inmunológico para personas con VIH, lo que puede causar inflamaciones asociadas con problemas médicos, tales como enfermedades cardíacas y la diabetes.

La terapia de reemplazo hormonal (TRH) podría ser una opción para ayudar a aliviar los síntomas de la menopausia y prevenir pérdidas óseas, las cuales pueden ser especialmente problemáticas para personas con VIH. Según los Centros para el management y prevención de enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), no se conocen interacciones entre los medicamentos para el VIH y las terapias hormonales.

El VIH y el cerebro

A medida que el cerebro envejece, muchas personas de edad avanzada podrían experimentar cambios tales como pérdida de la memoria o podrían tener problemas para concentrarse. Pero para personas con VIH, éstos cambios podrían ser más frecuentes y más graves.

Entre el 25 y el 50% de personas con VIH padecen del complejo de demencia asociado con el sida (CDAV), un término common que abarca una variedad de trastornos cognitivos y del estado de ánimo, los cuales incluyen la demencia. Un estudio de más de 9 millones de personas determinó que tener VIH incrementa el riesgo de problemas cognitivos y demencia por hasta un 80% en comparación con personas sin VIH. La falta de tratamiento con ART es el issue de riesgo más importante para deterioros cognitivos.

Algunos tipos de cáncer asociados con el VIH

Algunos tipos de cáncer, conocidos como cánceres que caracterizan al SIDA (sarcoma de Kaposi, linfoma y cáncer cervical) son mucho más frecuentes para personas con VIH o SIDA.

El VIH también incrementa el riesgo de otros tipos de cáncer. En comparación con la población common, las personas con VIH tienen:

● 19 veces más posibilidades de recibir diagnósticos de cáncer anal

● 8 veces más posibilidades de recibir diagnósticos de linfoma de Hodgkin

● 3 veces más posibilidades de recibir diagnósticos de cáncer hepático

● 2 veces más posibilidades de recibir diagnósticos de cáncer de pulmón y cáncer de la cavidad oral o de la faringe

Puesto que el riesgo common de cáncer se incrementa progresivamente con la edad, es importante para personas de edades avanzadas con VIH entender su riesgo y hablar con sus proveedores médicos sobre la examinación, prevención y detección temprana, si esto es posible. Para personas con VIH, participar en ART puede reducir en forma importante el riesgo de contraer esos y otros tipos de cánceres (tales como cánceres hepáticos) que no tienen ninguna relación con el VIH.

Si tienes dudas, comunícate con tu HCP

La Dra. Allison-Ottey dijo que a medida que las mujeres con VIH envejecen, deberían poner mucha atención a sus cuerpos. Si notas algo inusual, dijo, deberías comunicarte con tu HCP de inmediato en vez de esperar que los síntomas desaparezcan.

La Dra. Allison-Ottey y Stephanie dijeron que para mujeres mayores con VIH compartir sus experiencias marca una diferencia enorme. Stephanie es cofundadora de Older Women Embracing Life (OWEL), una crimson organizada de mujeres de edad avanzada que brindan apoyo a mujeres que sufren de VIH/SIDA, así como a sus familias y proveedores de atención.

“Una de las razones por las que fundamos el grupo es que no existía ninguno parecido”, dijo Stephanie. “Nadie hablaba a mujeres de edad avanzada, ni a mujeres en general, sobre lo que es vivir con esta enfermedad”.

Además de asegurarse de que tengan un sistema de apoyo, Stephanie motiva a mujeres que viven con VIH a esforzarse para aceptarse a ellas mismas. “Aceptarte a ti misma es una parte importante de vivir con la enfermedad, incluso cuando envejeces”.

Este recurso se preparó con el apoyo de BD, Janssen y Merck.

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